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Música, alegría y reencuentro en reunión de exintegrantes del Cofun

Fecha: 19 junio, 2024

Música, alegría y reencuentro en reunión de exintegrantes del Cofun

Exmiembros del conjunto folclórico nacido en la entonces Universidad del Norte revivieron el legado de la emblemática entidad durante las décadas pasadas.

Alegría, música y reencuentro incluyó la reunión de camaradería de quienes entre 1961 y 1981 formaron parte del Conjunto Folclórico (Cofun) de la Universidad del Norte (UN), actual Universidad Católica del Norte (UCN).

Fue un momento de compartir canciones, bailes y múltiples anécdotas en torno al legado y trayectoria de una de las más emblemáticas entidades encargadas de preservar y difundir las tradiciones culturales del Norte de Chile y del folclor chileno en general.

Durante dos jornadas, hombres y mujeres que por esos años vistieron los trajes tradicionales de distintas zonas del país, cantaron, danzaron y recordaron aquellas décadas en las que constituyeron un baluarte en el resguardo de las raíces y tradiciones de nuestra tierra.

Las actividades, que incluyeron un conversatorio, cóctel y almuerzo, también fueron una oportunidad para galardonar a integrantes históricos y recordar a aquellos que ya no están. “El balance fue positivo, reuniendo a tres generaciones”, destacó el exintegrante y director de danzas de la agrupación durante el año 1978, Óscar Rojas Cazaluade.

El folclorista, quien en la actualidad es académico de la Facultad de Ciencias de Ingeniería y Construcción de la UCN, ingresó al conjunto en 1974, donde desarrolló una extensa trayectoria artística hasta 1981. “Participaron en el encuentro más de 50 personas que integraron el conjunto en distintas etapas de desarrollo”, destacó.

Asimismo, realzó el compañerismo y espíritu del encuentro, así como la voluntad de reencontrarse de nuevo durante el próximo año.

COFUN (1961-1981)                                    

El desarrollo del Cofun puede dividirse en distintas etapas entre 1961 y 1981. Todo comenzó en Antofagasta en 1961, cuando Patricia Vergara quiso formar un conjunto folklórico en la Universidad del Norte. Ella era discípula de Violeta Parra, venía de Santiago y llegó a ser funcionaria de la UN. Con un grupo de entusiastas formó al Cofun, con música campesina del Centro Sur del país.

A partir de 1962 el grupo quedó bajo la dirección de Miguel Politis en lo artístico y Waldo Jorquera en lo musical. Este último estuvo con el conjunto hasta mediados de 1965 y luego traspasó la dirección musical a José Miguel Aguirre, quien estuvo en el cargo hasta 1973.

En los años 1964-1965 el interés por el folclor del Norte se hizo más manifiesto. Con la ayuda de Jorge Checura, del Museo de Iquique, comenzó la mirada al folclore de la precordillera y cordillera chilena. Fue una época en que José Miguel Aguirre puso su mirada en el estudio de los bailes religiosos.

En su segunda etapa el grupo comenzó a reconocer que pertenecían a una universidad nortina. Así, comenzó la ubicación de la mirada en el entorno nortino y andino. El traje de huaso se fue postergando para momentos especiales de fiestas patrias, pero sólo hasta 1972, año en que se ocupó por última vez en un viaje que el grupo realizó a Cuba.

Tras visitas a San Pedro de Atacama y Toconao surgieron nuevos cuadros folclóricos teatrales, los que fueron presentados en Santiago, La Serena y en el Teatro Empart de Antofagasta. También fue el cuadro que presentó el Cofun en el Primer Festival Andino del Folclore realizado en Arica y Antofagasta en 1971. Esta segunda etapa del Cofun duró hasta 1973, fecha en que se grabó el quinto disco LP dedicado a la poesía de Andrés Sabella. Hasta ese año, el Cofun grabó tres discos singles y cinco LP. En 1971, Miguel Politis dejó la dirección del grupo y asumió Jorge Vallejos Bernal hasta el año 1980 bajo el alero de la UN, y sin apoyo de ella hasta 1981, dirigiendo la Agrupación Tambo Atacameño.

En su tercera etapa, y luego del golpe militar, el Cofun quedó reducido a un pequeñísimo grupo de integrantes. En marzo de 1974, José Miguel Aguirre, motor de la musicalidad, se había ido becado a Francia y en ese segmento quedaron descabezados. ¿Qué hacer?, volver a las raíces fue la respuesta. El grupo se había convertido en un coro, por ello la cantidad de discos grabados.

El Cofun regresó al folclor y el reordenamiento del Tambo como espectáculo, pues esta sería la única fuente de autofinanciamiento. Esta idea profesionalizó al grupo y lograron hacer funciones preparadas por temporadas con un espectáculo igual en todas sus funciones, y no depender de los artistas que llegasen, como sucede en una peña. En esta época de profesionalización se crearon grupos importantes que significaron gran éxito: Zampoñaris, la Banda de Bronces, Grupo Ñandú, Los Zumas y otros dentro de los cuales el más importante hito fue la creación de la Estudiantina de la UN.

Desde 1974 se dio importancia a los cuadros teatrales. Fue así como en ese año se montó un cuadro de Carnaval que fue representado en el Teatro Empart y en el Tambo Atacameño. Luego, en 1975, se montó el cuadro La Fiesta de San Santiago de Usmagama. En 1976-1977, se montó el cuadro Carnaval en el Desierto, con las manifestaciones más importantes del Carnaval de Chiapa. Este cuadro se llevó al disco con el sello Alerce, en lo que sería el último LP del Cofun. En 1978 se montó otro cuadro con las manifestaciones de la Fiesta de San Santiago de Belén. Cuadro que llevó el nombre de La Fiesta de las Aguñas, y que se presentó en el Tambo por muchos meses y se llevó a la Tercera Muestra Nacional del Folclore en Curicó.

En su cuarta etapa surgió el exitoso Primer Festival de Jóvenes Autores en el Folclore. Pero el objetivo estaba más allá. Así, surgió la idea de crear un cuadro en el cual se viera representado el citadino en general, y los estudiantes en lo particular. Es decir, estudiar en profundidad el hecho folclórico, entenderlo, y crear elementos nuevos basados en esa influencia. Para lograr tal objetivo, se pusieron en contacto con científicos sociales. Los profesores Osvaldo Maya y Domingo Gómez fueron los charlistas que los introdujeron en lo que vislumbraban, y los sociólogos Juan Podestá y Bernardo Guerrero, los que les agudizaron la mirada.

Todo esto despertó el entusiasmo de estudiar esos mitos, rurales y citadinos, y realizar un cuadro musico-teatral que reflejara el paralelismo y semejanza de ambas culturas. Tomada la decisión, se pusieron a trabajar. El grupo musical compondría las partituras del cuadro, el Taller de Danzas Tambo estudiaría las coreografías, y otro equipo se preocuparía del vestuario. La música comenzó a componerse bajo la batuta de Carlos Vallejos, con la participación activa de Claudio Molina, Sergio Cerda y Claudio Araya.

En 1980, y luego de la temporada de verano del Tambo, un grupo del Cofun viajó a Caspana a observar el carnaval. De vuelta de ese trabajo, en marzo específicamente, el nuevo rector de la UN, determinó el cese de las actividades del Cofun, y se cerró definitivamente el Tambo Atacameño.

A partir de la década de los 90 y en los años 2000, el legado y trabajo del Cofun continuó con otras personas e integrantes.

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