Programa Escuela Brillante Aprendiz de la Dirección General de Pastoral y Cultura Cristiana de la UCN ha beneficiado a más de 480 niños en ese periodo.
Durante casi una década, la Escuela Brillante Aprendiz (EBA), programa de la Dirección General de Pastoral y Cultura Cristiana (DGPYCC) de la Universidad Católica del Norte (UCN), ha brindado un sólido apoyo educativo y social a las comunidades de los campamentos en Antofagasta, beneficiando a más de 480 niños en ese periodo.
Uno de los mayores desafíos de la dirección ha sido la implementación de proyectos de tutoría, preparación para exámenes de ingreso a la universidad, educación preescolar, programas educativos para adultos y prácticas sociales. Este enfoque integral no sólo refuerza el aprendizaje académico, sino que también apoya a las familias en su rol fundamental en la educación de los niños y adolescentes.
El programa nació en 2015 con el objetivo de asistir a niños y adolescentes en edad escolar que no contaban con recursos suficientes para acceder a tutorías que les permitieran complementar su educación.
Paulina González Tello, gestora social de la DGPYCC, mencionó que “hoy, gracias al compromiso del programa, cerca de quinientos jóvenes han avanzado en su educación con herramientas concretas y apoyo integral”.
La gestora social añade que “todos los domingos, a partir de las 9:00 horas, nos reuníamos con los voluntarios, pilares fundamentales del proceso educativo, para iniciar nuestro viaje al macrocampamento Los Arenales desde la UCN. Mientras viajábamos en bus, micro o Uber -no importaba el medio- continuábamos planificando nuestro trabajo y buscando mejoras para que las tutorías y actividades fueran las más beneficiosas para nuestros estudiantes”.
Con el tiempo, el programa amplió su alcance para apoyar a adolescentes que se preparaban para las pruebas de ingreso a la Educación Superior, y se extendió a otros campamentos de la zona interesados en el apoyo recibido. En colaboración con la Facultad de Educación de la UCN (antes Escuela de Educación), se implementaron las Prácticas en Contexto Social. Gracias a esto, estudiantes de Pedagogía en Educación Básica con Especialización comenzaron a reforzar a los mismos grupos de estudiantes del campamento, ofreciendo un apoyo académico integral.
La llegada de la pandemia de Covid-19 en 2020 presentó un nuevo desafío, pero EBA continuó su labor. A pesar de las restricciones, las tutorías se adaptaron al formato virtual, demostrando perseverancia y compromiso con el bienestar de las comunidades.
Erika Tello Bianchi, directora general de la DGPYCC, destaca el esfuerzo durante este periodo: “El eje de Vocación Social se fortaleció enormemente durante la pandemia. No sólo mantuvimos el apoyo educativo, sino que también encontramos nuevas formas de conectar y apoyar a las familias”.
Actualmente, la Escuela Brillante Aprendiz continúa fortaleciendo el tejido social en el macrocampamento Los Arenales y el campamento Hijos de la Covadonga. En un esfuerzo por ampliar su impacto, el programa ha incorporado talleres dirigidos a madres, padres y tutores, con el objetivo de mejorar la educación escolar y la calidad de vida de las familias. Este notable avance es el resultado de la colaboración con la carrera de Trabajo Social de la Universidad de Antofagasta, que ha permitido expandir el compromiso social de la Institución y fortalecer su impacto en la comunidad.
ESTADÍSTICAS
Hasta la fecha, el programa ha beneficiado a más de 480 niños, un adulto, seis adolescentes que se prepararon para el ingreso a la universidad y 240 niños, a través de las prácticas sociales. Además, 200 voluntarios tutores han participado a lo largo de la ejecución del proyecto, con un total de 680000 horas. Las encuestas realizadas a los beneficiarios reflejan un impacto significativo: los participantes han experimentado mejoras notables en su rendimiento académico y calificaciones.
Al respecto, Erika Tello comentó que “el programa ha demostrado ser un catalizador clave para el éxito académico de más de 480 niños, así como un apoyo esencial para un adulto y varios adolescentes en su preparación universitaria. Con la dedicación de 200 voluntarios tutores, el impacto es evidente: los participantes no sólo han visto mejoras en su rendimiento académico, sino que también han ganado confianza en sus habilidades blandas. Este avance subraya la importancia de la tutoría personalizada y la educación comprometida”.
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