Mons. Ignacio Ducasse Medina, Arzobispo de Antofagasta, Gran Canciller UCN
La Universidad Católica del Norte -“Universidad del Norte” hasta 1990- cumple hoy 68 años de existencia, una efeméride que nos llama a mirar el pasado con gratitud, el presente con humildad y el futuro con esperanza.
“Con la luz por Rosa de los Vientos hemos emprendido ya la marcha…”, anuncia de entrada su himno, cuya letra pertenece a Gerardo Claps Gallo, el primer rector, partiendo con la visión de un puñado de jesuitas ilusos que quisieron buscar “la dimensión exacta para el hombre de este anfiteatro”, abriendo en el espacio nortino “el surco humanista del ayer”. Así lo hicieron, y la tarea realizada por los obreros de la primera hora empezó a florecer en medio del suelo adverso, asomándose con una variedad de especies y colores conforme avanzaba el desarrollo de las primeras carreras profesionales que impartió la nueva Universidad.
Hoy, luce como un caleidoscopio que explosa con formas y colores, arte y ciencia, pedagogía y cultura, que la ciudadanía local, nacional e internacional puede ver y disfrutar.
Fiel a su misión universitaria y católica, la UCN está llamada a una continua renovación, ya que está en juego el significado de la investigación científica y tecnológica, de la convivencia social, de la cultura y, aún más, está en juego el significado mismo del ser humano. Esto implica tomar plena conciencia de las responsabilidades cada vez mayores que le competen en la verificación de la autenticidad moral y humana de los nuevos progresos y enfoques, ya que la experiencia ha demostrado ampliamente que el avance científico no equivale siempre y necesariamente a progreso moral y humano.
Tal como señala su himno, como tarea y servicio a la sociedad y humanidad la UCN debe seguir horadando “en la áspera cantera, tras el neto perfil del desierto y estrechar la mano del obrero para unir la luz con el sudor”, para que así “esculpa en el mundo el plan de Dios”.
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