Martín Arias
Director Observatorio Regional de Desarrollo Humano
Universidad Católica del Norte
¿Qué significa desarrollo?, ¿qué tipo de desarrollos existen y cuáles son deseables?, ¿qué personas y lugares debieran verse beneficiado por este y quiénes debieran pagar el precio para alcanzar esta meta? Para responder a estas y otras preguntas, nace en el 2003 el Observatorio Regional de Desarrollo Humano (ORDHUM) en la Universidad Católica del Norte, y hoy, a 13 años de su creación, no solo continúa su labor investigativa, sino que expande su enfoque para convertirse en una plataforma de discusión entre los actores regionales y nacionales sobre el debate del desarrollo.
Pero, ¿en qué consiste este debate? Desde la aparición de los modernos estados-nación, los nacientes países se han reunido a debatir sobre cuál será la sociedad que desean construir, y de qué manera pueden utilizar sus recursos disponibles para lograr tal objetivo.
Estos grupos humanos se han coordinado desarrollando instituciones, estableciendo prioridades, evaluando los sacrificios necesarios y proyectando planes, los que han tomado el nombre de estrategias de desarrollo.
Tales estrategias, por lo tanto, se han desarrollado en contextos sociopolíticos específicos, y existen como carta de navegación para llevar a la sociedad que los creó e implementó, a aumentar la calidad de vida de sus ciudadanos.
La discusión sobre las estrategias de desarrollo ha sido usualmente acompañada de debates intensos, de participación política, de apasionados discursos y posiciones en donde los actores han discutido sobre cuál es la región o país o continente que se quiere alcanzar, y cómo se llegará a tal objetivo. Sin embargo, y a pesar del actual proceso constituyente, la discusión sobre el país y la región que queremos ser pareciera haberse enfriado. Durante las últimas décadas, países como Chile han abandonado el debate sobre cuál es la estrategia de desarrollo a seguir.
El largo plazo que involucra tales discusiones parece obsoleto ante los tiempos modernos, donde la inmediatez es lo que prima. Hoy, la sociedad civil está descontenta; en Chile, en sus países vecinos y también en otros hemisferios. Tal descontento se ha relacionado con la decepción ante los resultados de un proyecto de desarrollo neoliberal basado en el crecimiento económico que en su carrera por aumentar “el tamaño de la torta” se olvidó de cómo esta se reparte, así como de quién paga los costes.
Así, países como Chile parecen incapaces de reconocer sus fortalezas y desarrollan políticas incompletas que no responden a un proyecto país compartido por sus habitantes. ¿Cuál es el país que queremos?, ¿cómo reconocemos el aporte de las regiones?, ¿cómo logramos alcanzar una situación en la que todos nos beneficiemos del crecimiento? Necesitamos responder estas preguntas, ser capaces de asumir una visión compartida sobre el verdadero rol que juega el acceso a una salud y educación de calidad, a una vida libre de contaminación y discriminación, a salarios dignos y no de supervivencia.
Tener una estrategia, por tanto, lleva a los países a comprender que el desarrollo no es solo para algunos, sino que ocurre cuando todos sus habitantes, sin importar su género, edad, raza, religión, creencias políticas, opción sexual u origen (nacionales o inmigrantes), desarrollan completamente sus capacidades como personas y ciudadanos.
Asimismo, a más de una década de la implementación de la estrategia del clúster minero, aún no está claro que la Región de Antofagasta y el país estén comprometidos a apostar completamente por la minería como motor del desarrollo, a pesar de la relevancia histórica como “viga maestra” y “sueldo de Chile”. Es por todo esto que, ad portas de un nuevo proceso constituyente, el ORDHUM seguirá creando espacios de discusión para enriquecer la discusión sobre estos temas, ya que, tal y como advertían los economistas clásicos, es solo cuando las naciones se desarrollan que estas alcanzan su verdadera riqueza.
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